Desde comienzos de 2025, el mercado del seguro de crédito está evolucionando hacia una gestión del riesgo más estricta por parte de los principales actores. Las tasas persistentemente altas de insolvencia empresarial, el aumento de las tensiones geopolíticas, los conflictos en curso, las fricciones comerciales y la creciente fragmentación de las cadenas de valor mundiales están llevando a las aseguradoras a adoptar un enfoque más selectivo.
Esto se refleja en una reducción del apetito de riesgo, especialmente en las regiones sensibles o en los sectores con mayor exposición.